Miré el gran reloj en la pared. La manecilla más pequeña marcaba las siete, mientras que la grande señalaba que quedaban diez minutos para las ocho.
Aún faltaba un rato para que mis padres se levantasen, por lo que cogí el primer libro y decidí leer. Miré la portada. El título ocupaba un cuarto de la hoja. Pequeñas letras blancas formaban las palabras ''Los mestizos''. La imagen de una playa se extendía por el resto de la portada. Abrí la primera página y comencé a leer.
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