sábado, 3 de noviembre de 2012

Capítulo 1. (Primera parte)

   Me desperté un par de horas antes de lo normal, como solía pasar los días de Navidad. Miré el despertador que tenía en mi mesita de noche. Las seis y cuatro minutos. Alcé la mano izquierda y la estiré hasta llegar a la cama que había al lado de la mía. Busqué en ella hasta dar con el brazo de mi hermana pequeña. Lo zarandeé hasta que abrió los ojos por completo, giró la cabeza y me miró durante unos segundos. 
-¿Que te crees que haces, Anna?
  Solté una risita. Justo lo que me esperaba.
-Es Navidad, Ginny. ¿No quieres ver tus regalos?
-¡Mierda! -exclamó-. Es verdad. ¡Vamos, corre!
  Ya estábamos despiertas por completo. Cogimos nuestros zapatos, nos calzamos y bajamos corriendo al salón, procurando no hacer ruido.
  Al abrir la puerta, no me sorprendí con la decoración: el enorme árbol de dos metros ocupaba el centro del salón. El resto de la habitación estaba llena de globos de colores, y la pequeña mesa situada en la esquina superior izquierda se hallaba repleta de caramelos y chocolatinas.
  Ginny y yo nos quedamos quietas unos segundos, y, sincronizadamente, corrimos hasta el árbol.
  Fui la primera en alcanzar el árbol. Busqué los regalos con envoltorio negro, los míos. Los cogí todos y los llevé a un sillón. Uno a uno, empecé a abrirlos. Cuatro libros, dos CDs y seis DVDs fueron.  Levanté la vista con una enorme sonrisa y vi a mi hermana abrir su último regalo. Observé a su lado una pelota de baloncesto, dos libros y unas zapatillas color crema. Genial. A su otro lado, se extendía una gran montaña de papeles rojos. En el árbol, quedaban sólo los regalos con envoltorio gris, de mi padre, y azul, de mi madre.

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