Capítulo 5. (Quita parte)

-Conocí a un chico -les dije.
-¿Qué? -exclamó Lucy-. ¿Cómo se llama? ¿Cuántos años tiene? ¿Cómo es?
''Típico'', pensé.
-A ver -medité-. Se llama Jack. No sé su edad, pero aparentaba diecisiete, aproximadamente.
-¿Diecisiete? -se sorprendió Christina-. ¿No es un poco mayor?
-¿Mayor? -alcé las cejas-. Tiene un año más que nosotras. Además, ¿qué me dices tú de Rick?
 Se ruborizó hasta las orejas.
-Es alto. Su cabello es negro como el carbón, tiene los ojos de un verde extraño. Profundos, como si te fueran a tragar en cualquier momento. Y pálido -añadí-. Tiene la piel pálida.
-Vaya -suspiró Lucy-. No me extraña que te enamorases de él.
-¡No me enamoré de él! -exclamé, con las mejillas ardiendo.
-No. Qué va, por eso estás tan roja como un tomate.
Naturalmente, eso  hizo que me ruborizase más.
 Ellas rieron.
 Entonces se nos acercó Will, un compañero de Lucy y Christina en clase. 
-Hola -saludó. Tenía los ojos y el cabello castaño, que contrastaban perfectamente con su dorada piel.
-Hola -dijimos.
-¿Qué haces aquí, Will? -pregunté.
-Vengo a avisaros de que la madre de Carmen le acaba de llamar. Su abuelo a muerto.
-¿Qué? -exclamamos las tres.
-¿Dónde está? -pregunté yo.
-En la entrada principal.
 Corrimos hasta allí.


FIN CAPÍTULO CINCO.