domingo, 4 de noviembre de 2012

Capítulo 1. (Quinta parte)

-¡Vaya! -exclamó mi padre al verme.
 Sonreí.
-¿Te gusta?
-Mmm, no mucho -dijo, frunciendo el ceño. Me reí.
-Estás preciosa -intervino mi madre.
 Fui a su lado y le besé en la mejilla.
-Gracias.
 Subieron a arreglarse elos y me quedé sola en el salón.
 Me acerqué al enorme sofá y me tumbé, esperando a los demás.
 Cerré los ojos y medité durante un rato, hasta que llegó mi hermana. 
 Abrí los ojos y la ví: vestía un vestido rosa claro con tirantes que le llegaba hasta las rodillas, con unas medias blancas y unas manoletinas rosa, como el vestido. Llevaba el cabello negro recogido en una coleta de caballo con un lazo rosa, que le daba un aspecto bastante infantil.
 ''Cualquiera diría que acaba de cumplir catorce años'', pensé.
 No llevaba maquillaje. Su piel blanca era similar a la de mi padre, casi translúcida. 
 Por sus mejillas se extendíam varias pecas. Sus enormes ojos marrones le aportaban  mucha belleza.
 Vino hacia mí y se sentó a mi lado, en el suelo.
-Estás preciosa -le dije.
-Nada comparado contigo, Anna. Ya lo sabes.
 Resoplé. Siempre igual. Yo nunca destacaba, a diferencia de ella. Nos quedamos en silencia hasta que mis padres llegaron, y anunciaron que mis tíos tardarían cinco minutos en llegar.
-¿Y los abuelos? -pregunté.
-Hija -empezó mi madre-, ya sabes lo que pasa. No pueden venir.
 Vale. Ya sabía que estabam mal, pero contaba con verles hoy, el día de Navidad.
 Pero no.

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